La primera nominación para el cine chileno por cuenta de un dibujo animado; la segunda jamás lograda después de «No», la cinta de Pablo Larraín que perdió en la ceremonia de 2013 ante la austríaca «Amour».
Es una bella historia de 10 minutos que logra conmover a su público a través de un oso triste y solitario, que construye un mágico diorama con sus propias manos como un intento de recordar la vida feliz de antaño, con su esposa y su hijo, antes de que un circo lo arrancara de su hogar y lo hiciera trabajar por la fuerza y pasar una vida miserable. De eso se trata «Historia de un oso», el corto de animación que este domingo logró llevarse la primera estatuilla dorada para Chile en la historia de los premios de la Academia del Cine estadounidense.
Tiene que ver con el exilio de mi abuelo. Se tuvo que ir a Inglaterra en 1975, antes había estado dos años en prisión».
Una metáfora de lo que vivieron los presos políticos, exiliados y desaparecidos entre los tempranos años 70 y 1990.
«Estamos ahí compitiendo contra (el estudio) Pixar, es una locura. Son animadores que están en otro nivel, como un Olimpo de la animación. Imagínate, nuestro corto costó 40.000 dólares, con eso ellos hacen como un segundo de película», dice y se ríe Gabriel Osorio, el director.
En su batalla de David versus Goliat, los chilenos triunfaron sobre «Sanjay’s Super Team», la cinta de Disney/Pixar inspirada en los recuerdos de la niñez de su director de origen indio, que se perfilaba como favorita junto a «World of Tomorrow». La categoría la completaron el cortometraje ruso «We Can’t Live Without Cosmos» («No podemos vivir sin el cosmos») y «Prologue» («Prólogo»).