Por primera vez en casi 70 años, y sin precedentes o avisos, el pasado domingo 11 de julio estallaron una serie de manifestaciones en distintas ciudades de Cuba. “¡Abajo la dictadura!” se escuchaba en las calles de La Habana, capital de un país enigmático que vive entre un régimen autoritario comunista y un bloqueo altamente cuestionado de Estados Unidos.
Cuba, un país con uno de los índices de desarrollo humano más elevados de América Latina, pero también con uno de los peores índices de libertad de expresión, ha estado en el ojos del mundo después del estallido de protestas, rodeado por la crítica la internacional. La crisis sanitaria de Covid-19, la crisis económica por la pandemia, el desabastecimiento y la fuerte censura del gobierno, son algunas de las razones para entender lo que está pasando en la isla caribeña.
Crisis sobre crisis: el Covid-19
Con casi 7.000 casos nuevos de Covid, Cuba se enfrenta a una de las crisis sanitarias más grandes vividas en su territorio con 11 millones de habitantes. A pesar de registrar poco más 1.500 muertos, y de haber desarrollado una vacuna efectiva y propia, los últimos días se han roto récords de contagio y deceso en la isla.
Sin embargo, el virus no tiene tan descontento como la crisis económica.
De acuerdo con datos de la isla, en el 2020 hubo un desplome económico histórico. Por la reducción del turismo, la industria más importante del país, la economía cayó en un 11%. Este ha sido el decrecimiento más alto en más de 30 años y una de las mayores contracciones económicas en todo el continente.
Sumado a esto, el desabastecimiento de alimentos, medicamentos y combustible; el desempleo; el cambio de la moneda en tiendas oficiales; el negar los dólares en efectivo; y largos apagones de electricidad, han sido otros detonantes del descontento de los cubanos.
Censura vs redes sociales
Fue hasta 2015, Raúl Castro dio pasos de apertura que permitieron una “mejor conectividad”. Cuando Fidel Castro fue presidente, Cuba prohibía el uso de internet, y era una fuerte censor de sus opositores, lo que le ha puesto en el país con el menor índice de libertad económica, según el Wall Street Journal, y uno de los peores países para la libertad de expresión, según el Índice de Libertad de Prensa de 2021.
Al día de hoy, los cubanos tienen acceso a distintas redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter, lo que les ha permitido tener mayor conexión con el mundo.
A través de ellas ha sido posible la convocatoria y organización de distintas manifestaciones antigubernamentales.
Sin embargo, la represión estatal ha sido fuerte contra los retractores del partido. Censura a periodistas, cortes de internet, uso excesivo de fuerza contra manifestantes, y hasta el llamado a civiles a detener a los manifestantes son la realidad de la isla.
“Estamos convocando a todos los revolucionarios del país, a todos los comunistas, a que salgan a las calles en cualquiera de los lugares donde se vayan a producir estas provocaciones”, Miguel Diaz Canel, presidente de Cuba.
Pero la crisis no está ligada únicamente al gobierno cubano.
Estados Unidos: ¿aliado o cómplice?
El primero de enero de 1959, el dictador Fulgencio Batista-en el poder desde 1952-, fue derrocado por un grupo de guerrilleros liderados por Fidel Castro. Desde ese entonces hasta el día de hoy, 62 años después, existe la República Socialista de Cuba.
Sin embargo, y en el marco de la Guerra Fría, en 1961 Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con La Habana. Esto conllevó a EE. UU. a apoyar el intento fallido de la invasión en la bahía de Cochinos en 1962, y al descubrimiento de misiles soviéticos en Cuba.
Esto desencadenó la peor crisis de la Guerra Fría y amenazó con iniciar una nueva Guerra Mundial.
Desde ese año, la Casa Blanca impuso a la isla un estricto embargo económico y financiero que todavía permanece. Embargo que ha sido altamente criticado y rechazado por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1992, cuando el órgano de debate empezó a votar anualmente sobre el asunto.
En últimas declaraciones, el gobierno cubano confirmó el primer muertos durante las manifestaciones: Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años. También aseguró, a través de la cancillería, que EE. UU. debe «estar implicado directamente con los desórdenes».