“No hubo tiempo de sacar nada. En el municipio se contrataron dos chivas (autobuses) y alcanzamos a salir en ellas. Vivo con mi mamá, pero ella tiene dificultades de movilidad, por lo que se quedó en la finca con mi hermano. Quieren salir, ¿pero para dónde me la llevo? Han estado con mucho miedo, no duermen. Temen salir a cortar un pedazo de plátano para los marranos, porque creen que se van a encontrar con alguien. Ya se acabó el cuidado de los animales, están aguantando hambre”, aseguró Juan, desplazado de Ituango.

Una zona de guerra

Ituango es un municipio con una geografía estratégica para el narcotráfico y la minería ilegal. Con cercanía a Córdoba, acceso al Bajo Cauca, al Urabá, con conexión entre el Pacífico y el Atlántico, y la posibilidad de conectarse con el centro del país, ha sido un territorio muy disputado por el crimen organizado.

En el sector hay presencia de disidencias de las Farc y el Clan del Golfo.

De acuerdo con el comandante de la Séptima División del Ejército, general Juvenal Díaz, “El bandido es alias Camilo, cuyo nombre es Román Antonio García Zapata. Es él quien llama a las personas para intimidarlas, generando un acto de terrorismo psicológico para generar estos desplazamientos. Él le cumple órdenes a alias Ramiro, cabecilla del frente 18 de las disidencias de las Farc”.

Sin embargo, algunas veredas desde donde se produjeron los desplazamiento son controladas por paramilitares.

Ya hay una recompensa de hasta $100 millones de pesos (28 mil USD) por la captura de alias Ramiro; otra de hasta $50 millones (14 mil USD) por información sobre alias Camilo y Machín; y una de hasta 50 millones por alias Richard, del Clan del Golfo.

Diego Molano, ministro de Defensa, señaló que el Ejército dispuso 250 hombres adicionales para hacer presencia en las veredas y garantizar que los campesinos puedan volver a sus territorios.