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Captar incesantemente nuestras experiencias con la cámara del celular está afectando nuestra memoria, asegura Giuliana Mazzoni, profesora de psicología de la Universidad de Hull en Inglaterra.
La experta en memoria señala que el hábito de fotografiar «sin parar» tiene serias consecuencias en nuestra capacidad de recordar y podría incluso crear un «conflicto de identidad». Aquí hay tres puntos a analizar
1- Baja el nivel de atención
cuando sabemos que todo queda registrado «para verlo después», no solo prestamos menos atención sino que puede disminuir la codificación de esos eventos en la memoria.
2- Discrepancias de identidad
Hay una discrepancia que puedo reconciliar al adaptar mis recuerdos anteriores para que encajen con mi identidad actual. Si todo queda registrado ya no hay como hacer este proceso. Ya no se puede modificar.
3- Selfies poco espontáneos
Las poses no son naturales y a veces la imagen de la persona se ve distorsionada, generando una falsa identidad.
