En la madrugada del jueves, tropas francesas mataron al líder del autodenominado Estado Islámico en el Sahel, una región entre el Sahara y el centro de África. Adnan Abu Walid al-Sahraoui, un extremista que se adjudicó varios ataques terroristas desde 2017, fue abatido en una operación militar de más de 7 años.
“Gran éxito” fue como calificó el presidente francés, Emmanuel Macron, a la muerte de Abu Walid. El mandatario también recordó que Adnan Abu había liderado un asalto en Níger en 2017, en donde murieron cuatro militares de Estados Unidos y otros cuatro soldados locales.
Por su lado, la ministra de Defensa de Francia aseguró que “El número uno del Estado Islámico en el Sahel murió tras un ataque de la fuerza de Barkhane. Felicito a los agentes militares y de inteligencia que han contribuido a esta misión a largo plazo. Es un golpe decisivo contra este grupo terrorista. Nuestra lucha continúa”.
Macron no especificó cómo las tropas de su país dieron con su paradero, ni cómo identificaron su cuerpo.
Abu Walid y su grupo Al-Sahrawi
Desde mediados de 2019, Abu Walid era un «objetivo prioritario» del ejército francés y sus aliados, pues el hombre era considerado el líder yihadista más despiadado en el Sahel.
A pesar de que se desconocen aspectos de su vida, se especula que era oriundo del Sáhara occidental. Vivió parte de su juventud en Argelia, donde estuvo en contacto continuo con grupos radicales islámicos. En 2011, lideró la creación del Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO) en el norte de Malí.
El hombre era buscado por secuestro, terrorismo, extorsión, entre otros crímenes. Para 2017, el grupo que lideraba, que tenía vínculos con Al-Qaeda y el Estado Islámico, ganó impulso en las «tres fronteras», una región entre Malí, Níger y Burkina Faso.
La búsqueda de un terrorista
Desde 2014, Adnan era buscado por autoridades francesas y de países aliados de la región a través de la Operación Barkhane. En la misión actuaron 5.1000 militares de Francia, y sustituyó a la Operación Serval, que buscaba ponerle fin al avance de los yihadistas en el norte de Malí.
Sin embargo, la persecución escaló a mediados del año pasado, cuando el dirigente del Estado Islámico en Níger ordenó personalmente el asesinato de seis trabajadores humanitarios franceses, sus guías y conductores.
Tras meses de búsqueda, el 16 de septiembre muere Adnan Abu Walid al-Sahraoui.
El anuncio de su muerte se dio dos meses después de que Macron anunciara que reduciría a la mitad las tropas francés en el Sahel. El presidente aseguró en su momento que su país «no puede sustituir» a los gobiernos de la región que «deciden no asumir sus responsabilidades» y no llegan a garantizar la seguridad ni los servicios públicos en su propio territorio.
