De acuerdo con un informe de la ONU, 9 niños han sido asesinados y otros 30 han perdido alguna parte de su cuerpo por impactos recibidos de pistolas de perdigones por parte de las fuerzas de seguridad indias. En lo que va del año, la policía y el ejército de India han utilizado escopetas o pistolas de balines para someter a los manifestantes de Cachemira, muchos de ellos niños y adolescentes.
El uso desmedido de la fuerza policial, que incluye tortura y detención arbitraria de menores en Cachemira, aflige al territorio disputado entre India y Pakistán. Desde los levantamientos masivos de 2016, varias organizaciones han denunciado que más de 15.000 niños han sido detenidos arbitrariamente por autoridades indias.
Hace dos meses, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestó su preocupación por las “graves violaciones” en la Cachemira, y le pidió al gobierno indio poner fin al uso de perdigones contra los niños.
«Hago un llamado al gobierno para que tome medidas preventivas para proteger a los niños, incluso poniendo fin al uso de pellets contra los niños. Asegurando así que los niños no estén asociados de ninguna manera con las fuerzas de seguridad y respaldando la Declaración de Escuelas Seguras y los Principios de Vancouver«.
Hay que recordar que, durante los levantamientos masivos de 2016, más de 1.100 personas quedaron parcial o totalmente ciegas por el uso de las armas de perdigones de la policía india.
Cachemira: un territorio en disputa
Cachemira es un territorio en disputa entre India y Pakistán desde hace casi 50 años. Tras la salida de los ingleses del gigante asiático en 1946, los pakistaníes, mayoritariamente musulmanes, buscaban independencia del gobierno indio que era hindú y budista. En 1956, Pakistán gana su independencia después de una luchada armada con India por motivos mayoritariamente religiosos.
A pesar de que ya han pasado más de 80 años, los dos estados aún se disputan un territorio en el Himalaya que es mayoritariamente musulmán: Cachemira. Dos de las tres guerras indo-pakistaníes se han vivido en Cachemira, lo que ha posicionado al territorio como uno de los lugares más militarizados del planeta.
A esto se añade que, grupos armados de Cachemira luchan por un estado independiente o la unificación con Pakistán.
Varias organizaciones de derechos humanos han denunciado que, en el conflicto, decenas de miles de personas han muerto.
Sin embargo, en menos de dos años, la escalada de la violencia y el abuso de la fuerza policial contra los niños, adolescentes y jóvenes han puesto al conflicto de Cachemira en alarmas internacionales. Arrestos arbitrarios, mutilación, tortura y asesinato de menores son algunas de las denuncias de distintas organizaciones frente al gobierno indio.